El molde se engrasa con mantequilla y se espolvorea con harina, reservándolo hasta que la masa del bizcocho esté preparada.
El chocolate se derrite al baño maría.
En una fuente un poco calentada se baten 200 g de mantequilla y el azúcar hasta formar una crema espumosa.
Entonces, se añaden las 3 yemas y se sigue batiendo hasta mezclarlo todo bien.
A continuación, se agrega el chocolate derretido y también 200 g de harina mezclada con la levadura.
Aparte, se baten las claras a punto de nieve y se unen al preparado anterior con ayuda de una espátula o una cuchara de madera, cuidando de que no se bajen.
Después, se vierte en el molde que se tenía reservado y se introduce en el horno a temperatura moderada por espacio de unos 25 minutos, hasta que el bizcocho esté cocido.
Por último, y una vez en su punto, se desmolda sobre un plato y se deja enfriar, espolvoreándolo, si se desea, con azúcar glas o chocolate rallado.