Pescados frescos traídos de la costa, productos de las huertas del Ebro… Vitoria-Gasteiz ha tenido siempre bien surtida su despensa, en buena medida debido a su estratégica posición en un cruce natural de caminos, donde antiguamente el tránsito de personas y mercancías era incesante. Fondas y hospedajes atendían aquel trajín; hoy en día, su sería hostelería es un ejemplo de calidad y servicio. Bares y restaurantes ofrecen esa variada gastronomía, tan ensalzada durante siglos por los viajeros.
Así, en la capital alavesa, es muy típico comer habas a la vitoriana. Antaño, desde tierras aledañas se llamaba a los vitorianos babazorros, de forma un tanto despectiva, por la cantidad de habas que comían. Sin embargo, hoy por hoy, las habas tiernas son un manjar buscado a principios de temporada. Su preparación es muy sencilla: se cuecen las habas, se les añade un poco de jamón y tocineta salteadas previamente en una sartén, y se continúa cociendo hasta que espese el caldo.
Otro de los platos estrella de Vitoria-Gasteiz son los exquisitos perretxikos (setas) y caracoles, comida obligada de todos los hogares de Álava en la festividad de San Prudencio (28 de abril). Ambos productos se guisan de manera muy tradicional: las setas se pasan ligeramente por la sartén antes de cuajarlas con huevo, mientras que los caracoles, tras su lavado a conciencia en varias aguas, hay que guisarlos en una salsa que lleva tomate, cebolla, ajo, un poco de pimiento seco, chorizo y lomo de cerdo o jamón.
Tampoco nos podemos olvidar de la patata. Posiblemente, Vitoria-Gasteiz sea la única ciudad en el mundo que cada año, con gran éxito, convoca un concurso de recetas y guisos exclusivamente de patatas. Álava ha sido la pionera en el estudio y cultivo de este tubérculo llegado de América, de manera que ha desarrollado las mejores y más apetitosas patatas para consumo, que se producen de modo destacado en las tierras de la montaña alavesa. Sin duda, las patatas con chorizo es uno de los platos más apreciados en el territorio alavés.
Terminaremos con un buen postre, y para ello, nada mejor que los deliciosos dulces elaborados por el gremio de Confiteros y Pasteleros de Álava, que convierte sus creaciones en clásicos; el postre de San Prudencio, el pastel de la Virgen Blanca y los famosos surtidos de bombones nesquitas y vasquitos son buena muestra de ello.
Fuente: Euzkadi Saboreala. Eusko Jaurlaritza – Gobierno Vasco
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