Para pelarlas bien. El truco consiste en meter el racimo en agua hirviendo durante medio minuto. La uva se te conservará mucho mejor si, en vez de amontonar los racimos, los conservas colgados. Elige racimos pesados, esponjosos y de grano maduro, aunque bien sujeto. Si te sale alguno pasado, quítalo cuanto antes. Guárdala en una caja hermética, donde los racimos quepan desahogadamente, sin estar apretados, o en una bolsa de plástico en el cajón de verdura de la nevera. Evita situarla en la parte alta de la nevera, pues se congelaría; también el frutero a temperatura ambiente, pues se enmohecería. No la laves más que cuando la vayas a comer.