Las mollejas limpias sobre un paño de cocina de lino o sobre una estameña, envolverlas y colocar sobre ellas un peso (una cazuela con un poco de agua o una tabla de cocina con 1 kilo de legumbre, por ejemplo), para que se aplasten ligeramente y consigan una forma de disco grueso. Una vez planas se cortan en gruesas rodajas, de manera que ya estarán listas para cocinarlas.