Al baño María. Para aligerar una miel demasiado espesa, caliéntala al baño María y a fuego muy lento hasta que obtengas la textura que desees. Remueve de vez en cuando.
Al baño María. Para aligerar una miel demasiado espesa, caliéntala al baño María y a fuego muy lento hasta que obtengas la textura que desees. Remueve de vez en cuando.