Río Negro La mayor producción vitivinícola de la provincia se realiza en el Alto Valle del Río Negro, en los alrededores de la localidad de General Roca. Allí se encuentran las bodegas más australes del país, que realizan excelentes varietales y champagne, a partir de la producción de manzanas de la región. Se producen vinos de la cepa Semillón, Pinot Noir y Merlot. El viento, que produce un ambiente seco, contribuye a la excelente calidad de las uvas ya que evita la aparición de enfermedades en los viñedos, posibilitando la producción de vinos orgánicos.
El turismo rural es la experiencia de vivenciar el proceso de producción de los frutos de nuestra tierra. El visitante puede apreciar en estas visitas las distintas etapas de la producción de manzanas, peras, frutas frescas y las viñas, además de la elaboración de los productos derivados de dichas frutas.
La ciudad de Gral. Roca cuenta con un circuito para visitantes y locales: la ruta del vino y la manzana. La producción de manzana es la principal actividad económica de la zona lo que convierte a esta bella ciudad en la capital de la Manzana. La producción de esta fruta milenaria permite que los visitantes puedan recorrer las chacras que se encuentran en actividad a lo largo de todo el año con sus diferentes tareas, los galpones de empaque que se encargan de la comercialización de la fruta, las sidreras y las jugueras que aprovechan la fruta que no puede ser vendida y fabricas de bocaditos de manzanas que es un producto único en el marcado actual.
La producción vitivinícola también forma parte del turismo rural. Con la creciente demanda de vinos finos las bodegas se han reacondicionado para recibir a los turistas. Las características climáticas de la zona, de noches muy frías y días de sol intenso con una gran amplitud térmica, constituye un factor ideal para el cultivo de cepajes finos en estas latitudes.
Chacras de peras y manzanas
La utilización productiva del Valle se hizo posible cuando se ejecutaron las obras de riego indispensables a ese fin. Ya en 1884 se inició la construcción a pico y pala del primer canal de riego, usualmente conocido como “canal de los milicos”, recurriendo al trabajo de soldados, presidiarios, aborígenes y peones agricultores. Con una bocatoma sobre el río Neuquén, esa primitiva construcción recorría cincuenta kilómetros llegando a regar solamente mil quinientas hectáreas. A partir de entonces, primero la pera -en su variedad Williams- y luego la manzana -en la variedad Deliciosa-, se convirtieron en el cultivo por excelencia de la región.
La ciudad de General Roca cuenta con un total de 30132 Has en producción. Desde la consolidación del sistema integral de riego, se ha desarrollado la producción frutícola, especialmente centrada en la producción de frutas de pepita (peras y manzanas).
Durante el recorrido por las chacras, el visitante podrá tomar conocimiento acerca de las principales características de la actividad, desde la producción primaria, acondicionamiento, conservación, empaque y comercialización de fruta en fresco.
Sidreras
La fruta que no se envía a consumo en fresco se destina fundamentalmente a la elaboración de jugos y, en menor medida, a la fabricación de sidra y conservas. La existencia de estas industrias data de la década del ‘70, cuando se realizaron políticas de desarrollo industrial, en virtud de que anteriormente la fruta que no cumplía con las condiciones para ser consumida en fresco, era desechada sin valor comercial. Anualmente, más de la mitad de la producción de manzana –en promedio– se procesa con fines industriales. En el caso de la pera, cuya importancia en la industria es menor, esta proporción alcanza poco más de la tercera parte de la producción.
El jugo es un producto fuertemente orientado al mercado de exportación; el 95% de la producción se destina al exterior, siendo su principal mercado Estados Unidos. Por otra parte, la región es la principal elaboradora de sidra del país, destinada principalmente al consumo interno.
Galpones de Empaque
El complejo frutícola de peras y manzanas comprende desde la producción primaria, el empaque y la conservación en frío, hasta la industrialización de la fruta de menor calidad para la elaboración de jugos y, en menor medida, sidra, frutas secas y en conserva. El empaque de fruta para comercializar en fresco, con una marcada orientación hacia el mercado externo, constituye el núcleo organizador del complejo frutícola y de las demás actividades industriales que se han desarrollado en forma progresiva.
Al ingresar al galpón la fruta es lavada, secada, encerada y clasificada por tamaño y calidad para su embalado y comercialización en el mercado interno y el exterior.
La fruta descartada pasa a la industria de los jugos y sidra. La pera es cosechada a partir de la segunda quincena de enero y la manzana un mes después, para finalizar la temporada a mediados de abril. Como no se embala toda la fruta que se cosecha, una buena parte se conserva en frigoríficos para ser comercializada fuera de temporada. Por esta razón puede observarse el trabajo del embalador también en los meses de invierno y primavera.
Bodegas
El vino es una de las bebidas más antiguas de la humanidad. Se tiene registro de su existencia en la antigua Grecia y Roma, donde se desarrollo en gran medida la vitivinicultura. En Argentina, la producción vitivinícola adquirió gran importancia a principios del siglo XX, con la llegada de los inmigrantes españoles, italianos, franceses y alemanes.
Cada uno de los establecimientos que forman parte de la ruta del vino, ofrecen visitas guiadas. El recorrido se inicia en los viñedos que atesoran los preciados racimos, luego continúa con una caminata en la agradable penumbra del sector de barricas, para cerrar con una degustación de vinos o champagne.