El lechazo asado es el plato tradicional que protagoniza el recetario de Peñafiel y el de toda esta comarca vallisoletana. Desde antiguo el plato, favorecido por la impronta ganadera de la zona, ha ocupado los primeros puestos de las cartas de los restaurantes de esta villa.
Hoy es un atractivo turístico más de la capital de la Ribera del Duero en Valladolid, y la prueba es que cientos de turistas acuden casi a diario a degustar este asado.
Buen número de establecimientos se sienten identificados con el asado y gracias a ellos se rescata una receta que se resiste a morir.
Tan importante como la elaboración del plato es la carne. Buena parte de los restaurantes adquieren la materia prima de los ganaderos de la zona y de animales que tienen la garantía de la Indicación Geográfica Protegida Lechazo de Castilla y León. Con ello consiguen la máxima calidad y seguridad para los comensales, que se completa con la vinculación del producto a un área y territorio concretos.
El maestro asador y el horno de leña son tan importantes como la materia prima, pues la receta es sencilla: lechazo de primera calidad, manteca, agua y sal. Los cuartos de lechazo se sirven en cazuelas de barro, en raciones abundantes y recién sacadas del horno. En el caso de que la carne esté amparada por la IGP o por otra marca de garantía, la vitola identificativa aparecerá junto a la pieza de asado.
El lechazo es muy suave, tierno y jugoso, en gran medida porque el animal tan sólo se ha alimentado con leche materna y se sacrificó al alcanzar un peso en canal de entre cinco y ocho kilos. La mayoría de los restaurantes lo tienen durante todo el año en la carta, aunque otros sólo lo preparan por encargo, de aquí que conviene avisar con anterioridad.
Dirección
Provincia: Valladolid
Localidad: PEÑAFIEL
Junta de Castilla y León – Dirección General de Turismo
http://www.turismocastillayleon.com