Septiembre es un mes de transición entre el verano y el otoño. Comienzan las lluvias, y los melocotones que desde la primera quincena de mayo han ido llegando a los mercados de sudeste de la península, aparecen ahora en Lérida y Aragón. Hay que aprovecharlos, porque son los últimos de la temporada.
El melocotón es una fruta originaria de China, donde pueden encontrarse referencias a su cultivo con 3.000 años de antigüedad. A través de las rutas comerciales por las montañas se cree que fueron llevados a Persia y hacia el 330 A.C. llegaron a Grecia. A lo largo de la Edad Media su cultivo se extendió por toda Europa y en el siglo XIX ya se había expandido totalmente.
En su país de origen era considerado como un símbolo de longevidad debido a sus propiedades, ya que tiene un efecto antioxidante, prácticamente carece de grasas, es bajo en proteínas y en contrapartida contiene azúcares que le aportan su sabor dulce, fibra que mejora el tránsito intestinal y un elevado contenido en agua que alcanza el 87%.
Consumo y preparación
A la hora de comprarlos, conviene fijarse en el color, porque es un buen indicador de su madurez y también que las piezas no tengan podredumbres o alteraciones.
Si los frutos no están todavía maduros del todo, conviene dejarlos a temperatura ambiente o también se pueden conservar en la nevera durante algunos días, separados de otros productos que puedan alterar su aroma, y sin apilarlos para que no se dañen. De cualquier forma, conviene sacarlos del frigorífico, como mínimo una hora antes de comerlos, para poder degustarlos crudos y con todo su sabor.
Los melocotones son muy versátiles. Pueden degustarse solos y al natural, añadidos en ensaladas, especiados o acompañados de jamón.
Una receta muy fácil son los melocotones de atún al caviar, rellenando los melocotones en almíbar de atún, rociándolos de salsa rosa y decorándolos con caviar o similar. Una vez preparados, hay que dejarlos en el frigorífico unas dos horas antes de servir. Es un entrante que conquista por la mezcla de sabores dulces y salados.
En ocasiones se cocinan y así se utilizan para preparar guisos, flambeados o al horno. Pero también pueden encontrarse formando parte de rellenos de verduras con cereales como el arroz o el maíz.
En algunas recetas, como el magret de pato asado se suele acompañar de un puré de melocotón, que se elabora triturado con su propio jugo de cocción compuesto de azúcar, agua y un poco de canela en rama. Puede ser guarnición en sopas frías de manzana y con ellos se elabora también una exquisita sopa helada de melocotones y fresas. Se hace un jarabe con agua y azúcar glass, dejándolo cocer en infusión con una rama de menta fresca, y se deja enfriar. Por otra parte, se escurren las fresas y se agrega su almíbar al jarabe aromatizado con la menta. Las fresas se trituran con la batidora, añadiendo el zumo del limón, y se incorporan al jarabe. Para finalizar, los melocotones cortados en cubos se vierten a la sopa de fresas junto con unas hojas de hierbabuena cortadas en juliana y se sirve muy frío.
Sabrosos postres
Pero si en algo pueden encontrarse los melocotones preparados de innumerables formas es en sabrosos postres.
Uno de los más famosos es el melocotón Melba, dedicado a la famosa cantante de ópera y consiste en un melocotón fresco, escalfado lentamente en almíbar y servido con helado y puré de frambuesas frescas. Con ellos también se elabora el San Francisco, un cóctel sin alcohol que combina zumo de esta fruta junto con naranja, limón y manzana. Macedonias, en almíbar, compotas… las opciones son interminables, sin olvidar los tradicionales orejones, (melocotones secos) o los licores.
Se utiliza también para la elaboración de pudines de frutas y relleno de tartas en forma de mermelada o confitura. La mermelada se prepara troceando las piezas y colocándolas por capas en una cazuela, en la que se alternan con azúcar. Se dejan macerar unas tres horas y después se cuecen durante unos 25 minutos, removiendo con una cuchara de madera, para que no se pegue al fondo, de manera que quede un puré espeso y fino al mismo tiempo. Estará a punto cuando quede pegada a los dedos. Después se deja enfriar.
El sorbete y el helado de melocotón resultan muy delicados y sutiles. Para el sorbete, se mezcla zumo de melocotón con el de naranja y el azúcar y se añade zumo de frambuesas y de lima. Se remueve bien y se introduce en el congelador hasta que empiece a escarcharse. Es importante remover cada cierto tiempo para que el azúcar no quede en el fondo del recipiente. Se sirve en copas altas o vaso de tubo. Otro postre son los buñuelos de melocotón. Se cortan en pequeños trozos y se dejan macerar en ron. En otro recipiente se prepara una masa espesa con harina, lecha, sal y levadura y se le añade el melocotón macerado, mezclando bien. Se prepara en forma de pequeñas bolas y se fríe. Finalmente se sirven espolvoreados con azúcar glas.
Recetas con melocotones:
Tarta fría de melocotón | Compota de melocotones | Sorbete de melocotón
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