La ruta en la provincia comienza en la capital, cruza los pueblos históricos del Valle de Lerma y culmina al sur, en Cafayate. Se puede regresar a Salta por la Quebrada de las Conchas, donde la erosión del viento y del agua cincelaron curiosas formaciones pétreas. En Cafayate se cultivan vides que producen su famoso Torrontés, aun cuando en la región hay también variedades como el Cabernet Sauvignon, Malbec, Syrah y Chardonnay. En las ciudades de Yacochuya y Colomé, a más de 2.000 metros de altura sobre el nivel del mar, se están desarrollando actualmente nuevos emprendimientos vitivinícolas.
LA RUTA DEL VINO
Pocos caminos del vino cuentan con la belleza y fuerza del paisaje natural, las formas y coloridos de sus montañas, una rica historia y la presencia de costumbres milenarias. En los Valles Calchaquíes, el turismo del vino se conjuga con otras propuestas como el ecoturismo, el turismo cultural y el turismo aventura.
La gastronomía autóctona con recetas andinas o criollas (tamales, humitas, locro, empanadas) es un icono característico en la región, entre otros nuevos sabores del vino como los helados artesanales de Torrontés o Cabernet.
La oferta de alojamientos es de alta calidad en hosterías, fincas rurales o bodegas que disponen de exclusivos hoteles en las viñas. Otro servicio distintivo es la vinoterapia, con novedosos tratamientos a base de vino en modernos spas.
A las visitas y degustaciones guiadas en bodegas se suman actividades especiales como programas de cosecha. En el mes de marzo, la vendimia comunitaria en Finca Las Nubes ya es un clásico. También se puede visitar el Museo del Vino en Cafayate, que guarda la historia vitivinícola de la región y que pronto será totalmente renovado.
ALTURA Y UBICACIÓN DE LOS VIÑEDOS.
Las bondades del valle radican en su ubicación que permite desarrollar una vitivinicultura continental alejada de grandes masas de agua y a una altura sobre el nivel del mar que modera la temperatura.
Los Valles Calchaquíes tienen los viñedos de mayor altura, que van desde los 1.750 m.s.n.m. en Cafayate hasta los 2.700 y 3.015 m.s.n.m en Molinos y Payogasta.
CLIMA
El clima es árido, seco y templado, con una gran amplitud térmica que puede llegar a los 20º C (68º F) entre el día y la noche, favoreciendo la maduración y concentración de aromas.
El período medio libre de heladas es de 230 días y las precipitaciones medias inferior a 200 mm. anuales. Más de 300 días de sol por año hacen posible una mejor capacidad de fotosíntesis que mejora la productividad.
Por su parte, los vientos aseguran la sanidad de los viñedos, existiendo menos probabilidad de enfermedades por la baja humedad del ambiente; tanto la canopia como los racimos se secan rápidamente.
LA CALIDAD DE SUS SUELOS
Los suelos son franco-arenosos de buen contenido de Potasio proveniente de la roca madre y escaso contenido de Fósforo y Nitrógeno, con muy buena permeabilidad que evita la acumulación de agua.
CALIDAD DEL AGUA DE RIEGO
El agua se la capta principalmente de los ríos Calchaquí y Santa María, proviene del deshielo de la Pre-Cordillera o mediante perforaciones. En las zonas mas aptas la calidad del agua es C1S1 (sin sal ni sodio).
LAS VIDES
En los valles se pueden encontrar los más gruesos y añosos troncos arbóreos de vid de Sudamérica y en Cachi o Payogasta jóvenes viñedos ocultos en el paisaje montañoso.
LOS VINOS SALTEÑOS
Con renombre internacional y numerosos premios, los vinos salteños participan actualmente en los segmentos medio/alto, Premium y Super Premium en los principales mercados.
Por las características de clima y suelo, a lo que se debe agregar la edad de los viñedos, sus variedades concentran más aromas y color que en otras regiones vitivinícolas, acentuando su calidad y forjando su propio carácter.
En el valle se cultivan diversas variedades, destacándose el Cabernet Sauvignon y el Malbec; aunque la más emblemática es el Torrontés, cepaje blanco distintivo de los vinos argentinos, siendo este país el único productor. El origen de esta variedad es incierto y discutido, posiblemente se trate de la mutación de alguna cepa cruzada accidentalmente con vides silvestres. Su implantación es excelente en el Valle Calchaquí, donde adquiere su mejor expresión.
El perfume del Torrontés tiene reminiscencias florales y vegetales. Su sabor intenso llena bien la boca desplegando toda su personalidad que lo hace inolvidable una vez identificado, con un toque levemente amargo muy típico de la variedad.
Los tintos, por su parte, son de gran estructura, alto contenido de antocianos (color intenso), taninos amables en el paladar, estructura polifenólica (taninos) y con buen potencial de guarda.
El Malbec es la cepa más extendida y característica de la vitivinicultura argentina. La mayoría de los expertos internacionales coinciden en definir al Malbec argentino como el mejor del mundo. En el Valle Calchaquí logra descriptores destacados debido a la altitud de las vides, pudiendo describir estos vinos como redondos, aromáticos y de intenso color.