La Chirimoya. Color, olor, sabor… ¿y qué más?

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La Chirimoya

Muy saludable

Érase una vez un delicioso fruto cultivado por el pueblo Inca desde hace ya muchos años y apreciado por todos aquellos que lo probaban, por su sabor dulce y su aroma penetrante. Su nombre: chirimoya y el árbol del que nace, el chirimoyo.

El origen de la chirimoya parece encontrarse en los Andes peruanos y las montañas del Ecuador, entre unos 800 y los 2000 metros de altitud. Desde su zona de origen, el chirimoyo se extendió muy tempranamente por América Central y, tras la llegada de los españoles, por otras regiones de los trópicos (África y Sur de Asia).

Gracias a su adaptación a áreas tropicales de montaña, el chirimoyo puede también cultivarse en regiones templadas, siempre que no tengan un frío excesivo. Así, puede ser cultivado en algunas zonas extratropicales como las Azores, Canarias, Madeira, el Sur de la Península Ibérica y otros países mediterráneos.

chirimoya

Valor nutricional

La chirimoya tiene un alto contenido en agua, pero también destaca su porcentaje de hidratos de carbono. Aporta unas 80 Calorías por 100 gramos de alimento. Su valor calórico es bajo, a pesar de que supera el de otras frutas carnosas. La chirimoya supone una fuente importante de minerales (fósforo sobre todo). También es importante su contenido en vitaminas del grupo B, así como de vitamina C.

Compra y conservación

La chirimoya es una fruta muy frágil, por lo que su exportación desde las zonas productoras tiene lugar por vía aérea durante la temporada de recolección. Para evitar que se pase conviene comprarla un poco verde, y dejarla madurar posteriormente en el hogar.

Las chirimoyas tienen el inconveniente de que no se conservan durante mucho tiempo y requieren una manipulación muy cuidadosa. Deben encontrarse protegidas, ya que su piel es muy sensible al tacto y se vuelve negruzca fácilmente.

Conviene consumirlas cuando están totalmente maduras, lo cual se consigue a los 5-6 días de su recolección cuando se mantienen a temperatura ambiente sobre una superficie no muy fría, preferiblemente una cesta de cáñamo o una madera ligera. Hay que evitar guardarlas en la nevera, pues se interrumpe su proceso de maduración. En caso de mantenerlas en el frigorífico para poder tomarlas frías, ha de ser únicamente durante el tiempo justo antes de su consumo.

La chirimoya resulta deliciosa cruda como fruta fresca. Para ello, se corta la pieza por la parte superior o por la mitad y se come la pulpa con una cucharilla, eliminando las pepitas. También se puede emplear como materia prima para la elaboración de mermeladas, batidos y helados.

chirimoyo

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