Granada, fruta apreciada en la cocina y por sus aplicaciones curativas

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Es una de las frutas más desconocidas.

Originaria de Asia, la granada se emplea casi siempre como postre, resulta deliciosa y es muy vistosa, proporcionando un toque elegante en los platos.

La granada es originaria concretamente de Persia y Afganistán. Los fenicios exportaron su cultivo a la zona occidental del Mediterráneo. En Cartago se convirtió en grandes plantaciones para la exportación y los egipcios la cultivaron desde principios del segundo milenio A.C.

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Se consideraba como un símbolo de la fertilidad, por la abundancia de sus semillas. Fueron los árabes, para quienes era la fruta medicina por sus aplicaciones curativas, los que introdujeron la granada en España, y posteriormente los españoles la llevaron a América. Hoy en día, grandes extensiones de las zonas litorales del Pacífico, desde Chile a California están sembradas con estos decorativos árboles.

Además de consumirse en fresco o tomarla bebida como la famosa granadina, muy apreciada en hostelería y coctelería, cada vez se le encuentran más aplicaciones en la cocina tanto en ensaladas o guarniciones de carnes y pescados como en confituras, mermeladas o zumos. Por su parte, el jarabe de granada es un perfecto condimento para la salsa de los asados.

En el Próximo Oriente, además, sus granos se utilizan como relleno de diversas aves y sirve para elaborar el mahumara, una deliciosa salsa elaborada con pimientos morrones, nueces y granada o el fesenjan, a base de frutos secos fritos, cebolla y carne de pollo. En la India estos granos se desecan para utilizarlos como condimento en muchos curries.

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Extraer las semillas

Si se consume en fresco, uno de los mayores problemas suele ser cómo extraer los granos de su envuelta interior. Lo mejor es cortar una porción de unos seis centímetros de diámetro en el lado de la flor. A continuación, poner la granada hacia abajo y golpearla sobre un plato, hasta que se hayan desprendido todos los granos.

A la hora de comprar, hay que elegir ejemplares que tengan buen tamaño y un peso considerable, con matices marrones y un color vivo, dejando a un lado las piezas blandas o decoloradas. Pueden mantenerse a temperatura ambiente durante varios días, pero si se desean mantener por más tiempo deberán de guardarse en el frigorífico, donde pueden estar hasta tres semanas. Además, los granos separados se pueden congelar fácilmente. Cuando se vaya a hacer zumo hay que tener cuidado y no romper las semillas, porque pueden producir un sabor desagradable. Antiguamente, este zumo se empleaba como elemento ácido para cocinar sopas, guisos, marinadas o adobos, en sorbetes y bebidas refrescantes.

En la actualidad, cuando se habla de granadas, no se encuentran muchas recetas, salvo acompañando en algunos postres como tartas o macedonias y en ensaladas con escarola, ya que el sabor ligeramente ácido de la granada, a la vez que dulce, liga perfectamente con esta especialidad vegetal del invierno. En esta receta, además, se pueden añadir naranja cortada en gajos, unos piñones pasados por la sartén, nueces, troceadas y unos daditos de jamón.

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Ingrediente en la cocina creativa

También se puede preparar en ensalada con dados de calabaza, salteados a fuego fuerte con canela y nuez moscada. Se pican varias endivias y se colocan en los platos con canónigos, la calabaza y la granada, añadiendo por encima rulo de queso de cabra que previamente se habrá tostado a la sartén. Se adereza con aceite, mezclado con vinagre y una cucharada de granadina.

Sin embargo, gracias a la nueva cocina creativa, cada vez son más los platos que la incluyen en su composición. Sus decorativos granos, de textura crujiente, además de añadirse a ensaladas por ejemplo, con tomates y nueces, pueden incluirse en la masa para rellenar pimientos o ir con berenjenas. Suelen acompañar a cuscús, ir con salteados de verduras o con crepes, tanto dulces o salados e incluso en salsa acompañando a algunos platos de caza.

En cuanto a los postres, combinan deliciosamente tanto con frutos secos como con helados, yogures y quesos. Un ejemplo es la copa de granada con azahar y helado de yogur. Para elaborarla, se exprimen varias granadas hasta obtener unos 800 ml. de zumo, que se mezclan con azúcar moreno y el zumo de medio limón. Se cuece todo durante unos 25 minutos, hasta que espese y se reduzca casi a la mitad. Se deja atemperar el líquido y una vez frío, se le añaden unas gotas de agua de azahar. Para finalizar, se desgrana la fruta y se sirve mezclada con la sopa, una bola de helado y una hoja de menta.

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