Frutas rojas o del bosque, pequeñas delicias para la salud

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Ofrecen un bonito toque de color a cualquier postre y tienen un gusto delicioso, pero eso no es todo.

Arándanos, grosellas, frambuesas, moras… las llamadas frutas rojas o del bosque atesoran también buenas concentraciones de vitamina C y sustancias antioxidantes que las convierten en un eficaz elixir de juventud y en agente protector frente a distintas enfermedades. Sabor y salud se dan la mano en estos pequeños y vistosos bocados silvestres.

Las frutas rojas poseen ese punto exótico que es común a todas las especies vegetales que se desarrollan ajenas a la mano del hombre. Hace milenios constituyeron una parte importante de la alimentación de nuestros antepasados, desconocedores de la agricultura y de que su excelente sabor era sinónimo de salud. Hoy, grosellas, frambuesas, arándanos o moras son cada vez más comunes en mercados y supermercados aunque aún no han alcanzado en nuestros fruteros el puesto de honor que ocupan especies como las manzanas, las naranjas y los plátanos.Y la verdad es que guardan propiedades que las hacen dignas de merecerlo y que están avaladas por más de un estudio científico.

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Excelente complemento para la dieta

Las frutas del bosque resultan una bomba antioxidante, entre otras razones por su riqueza en vitamina C, cuyo contenido en algunas especies es algo menor que el de los cítricos, pero superior a variedades tan comunes como las manzanas o las peras.

Las frambuesas y los arándanos encierran unos 20 miligramos de este nutriente por cada 100 gramos de producto, mientras que las moras poseen 10 miligramos y las grosellas negras resultan un verdadero concentrado del mismo: nada menos que 100 miligramos por cada 100 gramos de producto, una cantidad sólo comparable a la del kiwi.

La vitamina C es un elemento indispensable en cualquier dieta sana, que además debe reponerse a diario, ya que se trata de una vitamina hidrosoluble que no se concentra en el organismo, y sobre la que recaen cualidades tan importantes como luchar contra los radicales libres. Estos últimos se generan por el proceso vital de las células y, por tanto, es imposible acabar con ellos. Son responsables del envejecimiento y el deterioro progresivo del organismo, pero lo que sí se puede hacer mediante una alimentación bien construida y rica en vitamina C es frenar su acción. Un estudio del Consejo Superior de Investigaciones Científicas avala que las frutas rojas pueden conseguirlo, así como proteger contra enfermedades degenerativas como el Alzheimer

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Beneficios de los taninos

Pero las frutas del bosque también son ricas en otras sustancias con cualidades saludables. Es el caso de los taninos, cuyas ventajas fueron descubiertas a través del vino, básicamente el tinto, que es muy rico en ellos. Los taninos proceden del pellejo de la uva y el contacto de ésta con la madera de las barricas, y actúan como protectores cardiovasculares. De la misma forma, y como también ocurre con el vino, las frutas rojas poseen flavonoides, otro grupo de antioxidantes que abundan igualmente en la familia de las coles, que tienen efectos beneficiosos sobre el corazón y atesoran propiedades anticancerígenas.

Además de su gran poder antioxidante, las frutas rojas ofrecen otras ventajas para el organismo. Las frambuesas y las moras guardan buenas dosis de fibra soluble, un compuesto que incide positivamente en el colesterol y la diabetes al bloquear la absorción en el sistema digestivo de las grasas y el azúcar. Además las moras son de las pocas especies frutícolas que poseen vitamina E, presente en abundancia en algunos tipos de grasas vegetales. Por su parte los arándanos parecen tener cualidades antisépticas y resultan útiles frente a las infecciones, aparte de mejorar problemas circulatorios. Finalmente las grosellas tienen la facultad de aumentar el apetito y estimular el sistema hormonal del organismo.

Uno de los problemas de las frutas rojas es que se consumen en pequeñas dosis y generalmente sólo formando parte de postres y tartas caseros. Por eso, no está de más aprovechar todas sus virtudes y tomar una taza de las mismas de vez en cuando, formando parte del desayuno. Otro de sus usos más habituales es en la elaboración de mermeladas y confituras.Y es que su sabor ácido combina muy bien con el azúcar que, aunque debe consumirse sin abusar, proporciona energía al organismo y es el mejor alimento del cerebro.

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