Una dieta sana y equilibrada debe incluir alimentos ricos en fibra, minerales y vitaminas, principalmente en forma de verduras, frutas y legumbres.
En este sentido, la mediterránea es una de las dietas más conocidas y recomendadas, en la que el vino es un componente esencial.
El consumo moderado de vino y cava ha demostrado, a partir de varios estudios, que las propiedades antioxidantes de estas dos bebidas potencian todavía más los beneficios de una dieta equilibrada.
Como explica el Dr. Salgado, coordinador del Comité Científico de la Fundación para la Investigación del Vino y la Nutrición:
“es necesario que una dieta aporte una cantidad abundante de antioxidantes. En este sentido, un consumo moderado de vino y cava durante las comidas, puede contribuir positivamente, ya que lo más importante no es la capacidad antioxidante de un alimento en particular, si no el conjunto de antioxidantes que puede aportar una dieta equilibrada”.
Los principales responsables de que tanto el vino como el cava sean buenos agentes antioxidantes son los polifenoles, sobretodo el resevratrol. La alta concentración de esas sustancias ayudan a reducir los niveles de colesterol LDL, mejorando la circulación sanguínea y disminuyendo el riesgo de arteriosclerosis, que actualmente es la principal causa de las enfermedades cardiovasculares.
Dos vasos al día
Uno de los aspectos que más destacan los expertos es que estas bebidas deben consumirse con moderación y de forma regular. En este sentido, lo más indicado serían un par de vasos al día, preferentemente en las comidas, ya que de esta manera el alcohol se absorbe más lentamente y los polifenoles protegen el organismo de la oxidación de las grasas.
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