El producto se define como los frutos del Chirimoyo (Annona Cherimola mill.) procedentes de las variedades autóctonas «Fino de Jete» y «Campas», de las categorías Extra y I, destinados a consumo en fresco.
El cultivar «Fino de Jete» se originó como una selección local de la población granadina de Jete, ubicada en pleno valle del Río Verde, zona natural de expansión de esta variedad. Pertenece a la variedad botánica Impressa. Presenta frutos con gran cantidad de azúcares solubles, por encima de otros cultivares extranjeros.
El cultivar «Campas» es una selección local procedente de un sólo árbol ubicado en el valle del Río Seco, cuyo propietario, que se apellida «Campos», ha dado nombre a la variedad. El contenido en azúcares es semejante al de «Fino de Jete», y su contenido en ácidos orgánicos es superior.
Los frutos amparados por la Denominación de Origen «Chirimoya de la Costa Tropical Granada-Málaga» presentarán forma redonda, ovoide o acorazonada, con tendencia simétrica respecto al eje peduncular. En el punto óptimo de recolección el fruto virará del color verde intenso a verde pálido, y experimentará además una pérdida de concavidad de los carpelos y de sus aristas, dando al fruto un aspecto más liso.
La pulpa de la chirimoya en recolección óptima será de color blanco a blanco marfil. Es muy aromática y de sabor subácido, que evolucionará a dulce en el momento del consumo, con un contenido en azúcares solubles de 15º Brix como mínimo.
Respecto a las categorías, tolerancias y calibres, se deberán ajustar a lo descrito en la Norma de Calidad vigente para chirimoyas. Sólo serán protegidas por la Denominación de Origen, las chirimoyas estarán comprendidas como Extra y I en la Norma de Calidad. En relación a los calibres, las chirimoyas estarán comprendidas entre los calibres del 0 al 5 ambos inclusive, determinados en la Norma de Calidad vigente. Se establece como peso mínimo unitario por fruto 401 gramos para la categoría «Extra» y 226 gramos para la categoría «I».
Zona Geográfica
La zona geográfica delimitada se encuentra situada en la franja costera de las provincias de Granada y Málaga, en la Comunidad Autónoma de Andalucía. Abarca una extensión de 858,7 Km2.
Los términos municipales incluidos son: Motril, Vélez Benaudalla, Los Guájares, Molvízar, Salobreña, Itrabo, Otívar, Lentejí, Jete y Almuñécar, de la provincia de Granada y Nerja, Frigiliana, Torrox, Algarrobo y Vélez-Málaga, de la provincia de Málaga.
La zona de producción coincide con la de acondicionamiento y envasado.
Método de Obtención
La multiplicación del chirimoyo se produce a partir de plantas provenientes de semillas de las variedades autorizadas. Durante los 4 primeros años se lleva a cabo la poda de formación y a partir del 5º año la de fructificación. La fecundación es problemática debido a que el gineceo madura antes que el androceo, por lo que se recurre a veces a la polinización manual. La plaga que causa mayor impacto económico en la chirimoya es la «mosca de la fruta». El laboreo, abonado y riego están diferenciados según donde se encuentre la plantación, ya sea en ladera o en vega.
Histórico
La introducción del chirimoyo como árbol en las vegas del litoral granadino y malagueño tuvo lugar a través de los inmigrantes andaluces que volvían de América entre los s. XVI y XVIII, los cuales transportaban semillas de cultivos tropicales exóticos.
Sin embargo, el cultivo propiamente dicho del chirimoyo, comienza a finales del siglo XIX, principios del s.XX. Se inicia en huertos familiares, plantándose árboles aislados ó pequeños grupos de árboles, en la zona de Jete. Todas las variedades de chirimoya cultivadas eran creaciones locales, resultado de cruces de las plantas traídas de América y arraigadas en el Valle de los ríos Verde y Seco. Algunas referencias apuntan que ya a principios de la década de 1920, existían en la zona del valle del Río Verde, unos 4.000 a 5.000 árboles de chirimoyos.
La extensión de la plantación de chirimoya se produce después de la guerra civil española. Algunos autores ponen de manifiesto que la expansión del cultivo se inicia gracias a la sustitución del cultivo del naranjo en los bancales menos elevados del valle del Río Verde. En 1941 se contabilizaron en la costa de Granada unas 55 Ha, la mayoría de las cuales son fincas de árboles jóvenes o recién plantados. Una década después, la superficie se había duplicado, llegando a 106 Ha. En la actualidad se estima que la superficie de chirimoya entre las provincias de Granada y Málaga ronda las 3.500 Ha.
Natural
El cultivo se desarrolla preferentemente en el fondo de los valles subtropicales, ocupando los suelos de aluvión y las terrazas aluviales, así como laderas, a una altitud comprendida entre 25 y 250 m. Lo suelos de textura limosa, de pH entre 7 y 8, con un contenido moderadamente alto en carbonatos.
El clima es un requerimiento fundamental para el cultivo de la chirimoya, siendo un factor clave de las particularidades del medio natural de esta comarca. Esta zona es la única del continente europeo que goza de un clima subtropical (Mediterráneo Subtropical según clasificación agroclimática de PAPADAKIS). Estas condiciones microclimáticas se deben en gran parte a la configuración de los valles intertropicales, orientados en dirección norte-sur, muy cercanos a la costa, y resguardados de los vientos del norte a través del sistema montañoso penibético, que bordea a la costa con orientación este-oeste.
La existencia de viento local suave al amanecer en los meses Junio-Julio, con unas condiciones adecuadas de humedad y temperatura dentro de los valles subtropicales de la Costa de Granada y Málaga, favorecen la polinización natural de la chirimoya, hecho que limita este cultivo.
Consejo Regulador de la D.O.P.»CHIRIMOYA DE LA COSTA TROPICAL DE GRANADA-MÁLAGA»
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