Cuando surge la posibilidad de disfrutar de una velada en compañía de amigos, hay que saber aprovechar la situación saboreando platos deliciosos que sean fáciles de hacer.
Una mesa bien puesta siempre predispone a pasar un buen rato. La clave del éxito consiste en organizar los detalles minuciosamente, ya que cuantas más cosas estén preparadas, más tiempo se podrá dedicar a los invitados.
A la hora de preparar este tipo de cenas, conviene tener en cuenta una serie de factores. Hay que decidir, en primer lugar, si se va a cenar sentados a la mesa o bien se prefiere una velada de pie en el salón o incluso en el jardín, en caso de disponer de él. En ello influirá, lógicamente, la época del año. También conviene tener en cuenta las limitaciones de espacio de la casa y no excederse a la hora de invitar, ya que esto podría provocar situaciones de incomodidad entre los asistentes.
Si los invitados son familiares o amigos, posiblemente se conocerán sus gustos personales en lo referente a comidas. En caso contrario, convendrá saber cuáles son sus preferencias.
A la hora prevista, y a medida que los comensales vayan llegando, se debe atender tanto a los que vienen como a los que ya están en casa. En este espacio de tiempo se puede servir un refresco en un lugar que no sea el propio donde vaya a cenarse, como puede ser una sala o el mismo jardín.
Cuidar los detalles
En ocasiones, este tipo de reuniones suelen servir para presentar unas personas a otras y en este punto, es importante que la persona anfitriona tenga la previsión de integrar a los invitados con afinidades comunes, de forma que nadie se sienta apartado. Un criterio similar se utilizará a la hora de distribuir a los comensales en la mesa, alternando hombres y mujeres y posibilitando la comunicación entre ellos.
Si se decide cenar en la mesa, ésta puede decorarse con un adorno central de flores o frutas, dejando la elección de la mantelería, vajilla y cubertería a gusto de quien organiza. Conviene tener en cuenta que si el menú no se va a servir a la francesa, esto es, pasado en bandejas de uno a otro comensal, sino que se depositará sobre la mesa para que los invitados se sirvan, tal vez sea preferible prescindir de este tipo de adornos florales.
Aunque se trate de una reunión informal y la confianza pueda llevar a imponer los aspectos prácticos, hay que procurar dejar las vajillas y cuberterías de plástico como el último recurso y si finalmente se opta por este tipo de servicio, se puede aprovechar para dar un aire original, eligiendo diseños de colores y estampados diversos.
Los cubiertos básicos son los tenedores y cuchillos a los que se les puede agregar una cuchara, en caso de que se sirva algún tipo de sopa. No hay que olvidar colocar a cada invitado un pequeño plato para mantequilla con su correspondiente cuchillo. Los platos para postre y los cubiertos correspondientes suelen colocarse una vez se haya retirado el primer servicio. Mientras tanto, pueden estar colocados en una mesa accesoria donde depositar además otros elementos, como una cubeta con hielo donde dejar el vino blanco.
Es importante tener en cuenta que, aunque se decida colocar platos de papel, las bebidas deberán servirse en las copas adecuadas. Por lo general, en una cena de este estilo, sólamente se toma un tipo de vino, con lo que tan sólo se ponen dos copas, una para éste y otra para el agua. Esta se servirá en jarras y los vinos en sus respectivas botellas.
Menús, según estación
En este tipo de reuniones, el menú debe prepararse de acuerdo con la estación del año. Suele comenzar con unos entremeses o un cóctel de frutas que pueden ser sustituídos por un caldo o una crema. A continuación se servirá un plato de pescado, otro de carne y el postre. Si es verano, el menú puede ser más ligero a base de verduras, carne y ensaladas. Como postre, se ofrecerán cremas heladas, té o bebidas frías.
Cuando los invitados son pocos, se puede organizar una cena tipo buffet, a base de bocaditos y emparedados preparados con antelación que se pueden colocar directamente en la mesa para que los invitados se sirvan a su gusto. En este caso, los anfitriones tan sólo deben preocuparse de servir el vino.
Si la cena se organiza de pie alrededor de la mesa, se colocan las viandas en bandejas y los platos y cubiertos a un lado, de forma que los invitados se sirvan por sí mismos, cada uno a su gusto. En estos casos no se sirve sopa y se procura que sean platos fríos. Se pueden cocinar unos entrantes calientes a base de empanadillas, croquetas, carne empanada o tortilla de patata, o si se prefiere varias tablas de patés y quesos junto a bandejas de fiambres cocidos con sus guarniciones, tartaletas rellenas de ensaladilla rusa o lechuga picada en juliana con gambas cocidas.
Votación: Visitas totales:
11